domingo, 23 de agosto de 2009

En ese momento, su boca estuvo sobre la mia y no pude evitarle. No solo porque era miles de veces mas fuerte que yo, sino porque mi voluntad quedo reducida a polvo en cuanto se encontraron nuestros labios. Este beso no fue tan cuidadoso como los otros que yo recordaba, lo cual me venia la mar de bien. Asi que le devolvi el beso con el corazon latiendome a un ritmo irregular, desbocado. Note su cuerpo de marmol contra cada curva del mio y me senti muy contenta de que no me hubiera escuchado porque no habia pena en el mundo que justificara que me perdiera esto.